jueves, 30 de diciembre de 2010

retención


mujer olvidada
en los ríos profundos
estancada y aislada en tu centro
personal,
te olvidan
porque tu solamente fuiste el recuerdo
de antaño,
del antaño lejano y sepultado,
sepultado en catacumbas de piedras negras
que lo retienen para tu muerte pronta.
tu casa deteriorada
te queda, deteriorada con paredes quebradas,
tan quebradas como tu sueño,
un sueño idealizado que al llegar al final
del camino se encuentra inconcluso
e incompleto,
inconcluso por tu apego a lo irreal,
irreal porque la realidad es lúgubre,
lúgubre porque te encuentras en tu sepulcro,
un sepulcro que te obsequio el
destino para tu
restantes días
de soledad cercana.

esa soledad
te acompañara al mausoleo
de blanco marfil,
la soledad que te acompaña ahora
estar en el paraíso y en lo
terrenal,
en la felicidad y en la amargura,
en la pasión y en el efusivo odio.
te estas quedando
como una invalida
sentada o postrada en la jaula
de débil mimbre,
maldiciendo a los que ves pasar,
a los dichosos u afortunados,
para que así compartan tu destino.
los espíritus te penan,
te gritan al oído y te enjuician
con venda en los ojos vacíos,
¡¡les suplicas que sigan su camino!!,
¡¡que dejen tu alma ya maldecida!!.

¡¡con dolor naciste y con este as de morir!!,
dicen que lo dolores son temporales,
pero el tuyo esta ensartado, clavado
en el alma personal,
tu nublas esa vista
y te insertas en la fantasía de lo inconcluso
para nadar en tu
reflejo roto.

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