jueves, 30 de diciembre de 2010


el fuego negro
ilumina al humillado
ya que eso esta en su cuerpo,
el delirio es tu filtro
que bombea el veneno
de la raíz a la copa de tu carne,
el aliento carroñero es tu frescura
que se divide en fragmentos para recorrer
las orillas.
las noches son infinitos
y a la vez epitafios,
ese manto negro,
negro como tu alma,
cubre el orbe de la tierra de los andes al mar muerto.
tu tan solo tienes un espejo
que era como el agua santa,
limpia y pura,
pero que con tu amarguras
se enviudo,
por culpa de tu reflejo se tapo.
aveces, no siempre,
cuando poso mi dibujo en el invisible
los colores intangibles se hacen ver.

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